Son las siete menos cuarto de una tarde ventosa de Enero. Pese a la alerta naranja por la que estaba pasando Murcia, yo decidí ir aquella tarde a la Fnac de Nueva Condomina. ¿El motivo? La presentación del último libro de Federico Montalbán. Una mesa llena de libros lilas con el título “Cuentos pop” nos recibe nada más llegar al Espacio Forum de la tienda. El cuadrilátero de paredes blancas estaba cubierto por la exposición de fotografía de Gonzalo Jueves (por los visto estos chicos de Fnac no dan a basto); dos grandes altavoces nos regalan canciones de Lou Reed mientras que en la pantalla se proyectaban lo que, más tarde supimos, eran los dibujos que ilustran el pequeño libro y en el centro tres filas de sillas rojas que, pese a su indiscutible apariencia de comodidad, estaban vacías (parecía que era la única que se había adelantado).
El escritor, un joven murciano de unos treinta años, no parecía muy nervioso. Vestía unos pantalones azules y una camisa de cuadros negros que, junto con sus gafas de pasta, se configuraba como un auténtico seguidor de la cultura Indie. Mientras iban llegando los primeros seguidores, pero ya se pasaba la hora de inicio y aquello no parecía llenarse.
Diez minutos después, lo que parecía un fracaso más, pronto se convirtió en una sala llena de gente -por lo visto la mayoría familiares y amigos- que no dejaba de reír con las ingeniosas intervenciones del autor y de la persona que le presentaba, su hermana, Celia Montalbán. El libro trata sobre 26 cuentos que fueron inspirados por las 29 canciones (desde Los Planetas a Pulp, pasando por Surfin' Bichos y Lou Reed) que más influyeron en su vida. Muchas anécdotas de la vida de Federico se colaban en la presentación ya que, según éste, el libro es un “reflejo” de sus “miedos y fobias”. Entre las más divertidas destacó una en la que cuenta la desorbitada obsesión que tenía el escritor en su adolescencia por el grupo de música Pet Shop Boys y la terrible depresión que le entró al descubrir que eran gays: “No salí de mi habitación durante días. Llegue a pensar que yo también era Gay”.
El ambiente era ameno y familiar tanto que hasta sus dos hijos pequeños se atrevieron a subir al escenario en busca de un poco de atención por parte de su padre, pero pronto salió del paso diciendo: “Esto estaba preparado, es para enternecer al público: soy joven... tengo que cuidar a dos hijos... por favor comprarme un libro...” y las risas atrajeron a más publico que andaba por la tienda.
El ambiente era ameno y familiar tanto que hasta sus dos hijos pequeños se atrevieron a subir al escenario en busca de un poco de atención por parte de su padre, pero pronto salió del paso diciendo: “Esto estaba preparado, es para enternecer al público: soy joven... tengo que cuidar a dos hijos... por favor comprarme un libro...” y las risas atrajeron a más publico que andaba por la tienda.
La presentación acabó con un acogedor aplauso de cada uno de los que estábamos sentados en las cómodas sillas rojas. Conforme iba saliendo del Espacio Forum una duda comenzó a rondar por mi cabeza: “¿Que hago, compro el libro, no lo compro?” y antes de que me diese cuanta ya estaba pagándolo en la caja. Esta misma noche me lo leo y tengo la sensación de que no me voy a arrepentir.
PD: Despues de haberlo leido lo tengo que afirmar, no tiene desperdicio
Puntuación: 6.5
PDII: SIENTO DEJAR ESTO TAN ABANDONADO PERO EL CURSO ME COME..
1 Comentarios:
marga... me ha encantado... para mí, una de tus mejores publicaciones... ;-)
Publicar un comentario