Una mañana de "cd-compras"

Son las 12.30 de la mañana de un Lunes de semana santa, tras aparcar el coche en el garaje y preguntarme que iba a ser de mi el resto de la mañana, hecho un vistazo a la cartera y descubro que aun me quedan algunos eurillos de la juerga del finde. Me pongo a pensar cual sería la forma más acertada de invertirlos y en ese momento recuerdo que hace mucho tiempo que mi músico-biblioteca no tiene un nuevo miembro, así que me encamino hacia el Corteingles que siempre suele tener algo bueno escondido en la sección de "pop-rock internacional".

De camino decido dejar a un lado el mp3 y pensar en quien seria mi nuevo amigo por unas semanas: "The Sunday Drivers. Sus canciones me encantan y ya estoy harta de escucharlos siempre vía YouTube"; " También podría comprarme el ultimo de The Killers por seguir la colección... ¡¿tu estas tonta o que?! anda,anda deja de decir tonterías y sigue pensando"; "Algo de The Beatles siempre da clase, o puede que hoy me sienta más Rolling..."

Mientras mi cabeza seguía dándole vueltas, sin darme cuenta ya estaba en la sección "azul" con un Cd entre mis manos: The velvet Undergroud. Lo vuelvo a dejar (pobres siempre les hago el mismo feo, a la próxima caen, lo juro). Me giro y encuentro Vetusta Morla. Lo giro, leo las canciones, miro el precio... "venga va, al montón de posibles". Sigo toqueteando los Cds y encuentro el último de Franz Ferdinand y justo a su derecha Mando Diao. Esbozo una sonrisita picara al encontrar los dos juntos (ya que van por orden alfabético: F vs M) y pienso que es cosa del destino.

"Ya llevo 3: Franz, Mando y Vetusta. Todos muy actuales, voy a ver si encuentro alguna reliquia". The who. Live at the isle of wight festival 1970. "Bueno no es una reliquia, pero nunca viene mal un buen recopilatorio". Por último le hecho un vistacillo a Kings of leon. Only by the night.

Miro los 5Cds mientras doy vueltas entre los pasillos. "Imposible decidirse" digo en voz alta a la vez que me percato de la presencia de la chica de uniforme vigilando que su presa no se escape: " ¿te pongo esto?" y antes de que yo pudiera contestar ya estaba quitándole la alarma a uno de los discos. "Tendré que llevármelos todos". "Mierda, ahora toca tirar de tarjeta"

De camino a casa prefiero ponerme el mp3 para no pensar en la bronca que me caerá a final de mes, pero es como si mi madre ya se hubiese enterado y empezase a maquinar la llamada "bronca entre las broncas":

"¡¿Pero tu que te has creído?¡ XX€ en discos!!. ¡¡¿¿Te piensas que somos ricos??¡¡. ¡¡Y encima en discos que te los puedes bajar de Internet!!. Otra como esta y te quedas sin tarjeta me has oído???"

En realidad esto último siempre lo dice y nunca pasa.

Llego a mi casa, me encierro en mi cuarto y comienza el ritual.

Cojo el primer Cd. Lo manoseo dándole vueltas entes de quitarle el plástico,. Leo el título, leo las canciones, miro el dibujo... A continuación rompo las esquinitas del Cd y tiro. Se desenvuelve como si fuese un paquete te tabaco. Abro el Cd y lo huelo: "ummm hacia tiempo que no olía algo así". Cojo el Cd, lo meto en uno de mis dedos y lo hago girar unos segundos mientras me quedo embobada de esa pureza resplandeciente sin ningún rallajo, sin ninguna mota de polvo... Lo vuelvo a dejar en su sitio y cojo el libreto. Leo las canciones, miro las fotos... "siempre me sorprende lo suaves que son estas páginas". Cojo el Cd y lo meto dentro del ordenador. Lo giro antes de cerrarlo y abro el reproductor de música. Cuelgo el cartel de "DO NOT DISTURB" y hasta dentro de unas horas.